Con la masificación de los comprobantes de pago electrónicos, que actualmente alcanzan los más de 1,200 millones de boletas y facturas electrónicas emitidas solo en el primer semestre del año, tanto las empresas como los clientes han obtenido beneficios al exigirlos o emitirlos.
En el caso de las empresas, no solo se ahorra tiempo y dinero a la hora de emitir los comprobantes, también les permite sustentar la posesión de su mercadería, contabilizar sus adquisiciones en el Registro de Compras y sustentar su costo o gasto para efecto tributario.
A los consumidores finales, aparte de darles beneficios como la deducción tributaria al pedir comprobantes de pago electrónicos en hoteles y restaurantes, les sirve para demostrar la titularidad del bien, contar con una constancia de haber realizado el pago por un bien o un servicio y presentar un reclamo, solicitar el cambio de un artículo que compró o la mejora de un servicio contratado.
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